En la fatalidad reside el encanto que me lleva al baile de la materialización, en donde hay suelo y nubes y pájaros que agitan suavemente las ramas de los árboles. Hay cansancio en la existencia del gentío, puedo verlo en sus ojos y en la mecánica manera en que maniobran sus cuerpos.
Se me ha dado el observar por largos y solitarios tiempos, y sentir súbitamente la verdad al menos asomarse en sentidos y luminosos semblantes.
Puedo escribir con mis manos en llamas, que con cadencia melancólica construyen pequeñas redes invisibles que probablemente se quemen entre el verbo y sus vocales abiertas. Aquí nace y muere un pedazo de mí, pero siendo la certeza clara, celebro lo numinoso de los finales.
Observo al sol apagarse en el frío océano,
veo al gentío retraerse,
a mi semblante persiguiendo el oleaje;
nube calma,
sutil estrella,
sobre mí,
realidad óntica que fractura.
- Eduardo Galleguillos