En lo personal puedo entender que injustamente lo único que nos hace más fuertes es también lo que fácilmente puede destruirnos; los sentimientos fluyen a través de la sangre y pareciera que el movimiento no perteneciera a un impulso eléctrico cerebral, sino a la consciencia que no duerme y que por alguna razón aventuradamente lógica pertenece a una energía universal que nos mantiene en pié. Hay veces en las que incluso en un afán completamente constructivo y glorioso puedo creer que si somos hijos de una misma energía tal vez el todo es un invento creativo esta vez construido por nuestra cabeza; al contener la misma sangre entonces imaginamos paralelamente las mismas cosas para construir la razón del existir; fueron construidos los cielos, los océanos las flores, las piedras; no hay loco que haya nacido sólo para construir la muerte. Nacimos para construir un significante que pueda sobrellevar el peso del final y hacernos sentir completos: seres poderosos, sin miedo a aceptar y construir, o a construir y luego aceptar.
Mi cuerpo es un sueño, y sí, tengo miedo, pero tarde o temprano y sin darme cuenta ya no. El cielo se fragmentará ante mis ojos imaginarios con sus nubes y sus aves, serán hermosos aquellos momentos creativos; un negro imaginario, un estomago de gusano o alguna dimensión extra-humana.
-Eduardo Galleguillos Castro (comunelemental)
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